· Peter von Cornelius (1783-1867): Practicó la pintura al fresco y se consagró a evocar el pasado alemán en grandes composiciones, la más conocida de las cuales es el ‘Ciclo de los Nibelungos’.
* El BIEDERMAIER: Arte ‘naturalista’, cuyos autores, que solían decir “la naturaleza es nuestra maestra”, deberían, en opinión de Novotny, ser calificados más bien de artesanos:
· Ferdinand G. Waldmüller (1793-1895): Profesor de la Academia de Viena desde 1829. Estilo minucioso, casi fotográfico, exponente típico del gusto burgués de la época. Se dedicó sobre todo al retrato, pero también pintó escenas de género, bodegones y paisajes ; en estos últimos se aproximaba al estilo del grupo francés de Barbizon.
Paisaje invernal (1811): Representa la esperanza de salvación del alma a través de la fe cristiana. En primer término, un inválido ha abandonado sus muletas y se apoya en una roca alzando sus manos en oración delante de un crucifijo. Las rocas y los abetos pueden interpretarse como simbolizando la fe, y la catedral gótica que aparece como una visión a través de la niebla evoca la promesa de vida
Caspar David FRIEDRICH (1774-1840): Uno de los máximos exponentes de la paisajística romántica alemana. Nacido en Pomerania, que pertenecía entonces a Suecia, acabó estableciéndose en Dresden y asociándose con los estudiosos y poetas románticos de esa ciudad. Se ganó una sólida reputación como autor de grabados y sepias paisajísticos antes de iniciarse en el óleo (1808-12). Fue elegido miembro de las Academias de Berlín (1810) y Dresden (1816). En 1824 fue nombrado Profesor Asociado de Paisajística en esta última institución. De naturaleza enfermiza, dejó de pintar tras sufrir un ataque en 1835.
* Philipp Otto RUNGE (1777-1810): Estuvo relacionado con Tieck y con Goethe. Pintó composiciones sentimentales de carácter romántico, como, por ejemplo, ‘La lección del ruiseñor’, que le dieron nombre.
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