Arte eminentemente aristocrático la música fue adoptada por la burguesía como actividad especialmente apreciada y constituyó un signo de distinción (Ópera). Proliferaron los auditorios, las sociedades musicales y las salas de conciertos.
Descollaron entre otras las figuras de Beethoven, Schubert, Chopin, Schumann o Brams.
Característico de la producción romántica fue el interés por temas como la naturaleza, la poesía popular del pasado, las leyendas de la Edad Media o el teatro del Siglo de Oro español.
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